Five weeks ago, when I arrived in El Salvador, I never imagined feeling such a connection to a place as I do now. I have been lucky enough to travel to many beautiful places in the world and privileged to have met who I did along the way. But something here is different, and it stretches far beyond the postcard scenery.
The past few weeks here in the community have flown by in a flurry of laughter, rock chains, cement mixing, eco-bricking and, unfortunately, one too many mosquito bites! Also had our fair share of language misunderstandings, but at least everyone is trying. Since finding out about our project for our time in Santa Marta, the group have been working hard to keep to time and enjoy the long days in the heat. The basis of the Progressio project here in Santa Marta was to provide a space for a children’s School of Bio-Construction, using the old ADES office here in the community. The team were asked to build a mural wall and set of benches, transforming the space into an area fit for learning and creativity. Working alongside our architect Nagore, we have managed to finish the foundations for the wall and benches and have begun the initial layer of cob for our wall. We are now well on our way in terms of the physical construction of the site and complimentary activities are being well received by community members. I think I’m seeing eco-bricks in my sleep.
As amazing as it is to realise you have a hidden talent with a hammer (not so much with the pickaxe), there is so much more to this project for me. Prior to arriving, my level of Spanish didn’t stretch much further than “sorry, I don’t understand”, which I can’t deny has come in very useful. Yet, the other day, I managed to deliver a short presentation in Spanish (slowly) while a national volunteer spoke in English. Being able to help one another to reach a level of confidence in their own ability with something so foreign is what I feel this project is about.
I can’t particularly remember the sound of a flushing toilet or a running tap, but I wouldn’t have it any other way. I’m not sure if I would have said that back when we first arrived, but after perfecting my showering technique down to two guacals (basins) of water and getting over my fear of going to the toilet without a mosquito net wrapped around me, I don’t miss the ‘luxuries’ of home anymore. I have fully settled into the way of life here and can’t think of any other way to wash off a hard day’s work than to chuck a basin of cold water over me, remembering to not scoop up the fish, and share my space with spiders the size of a small chucho (dog). I am also nearly accustomed to the sound of multiple cockerels, chuchos and dance music, all before 5.30am.
It seems impossible that a place can give you so much in such a short space of time. I somehow find myself feeling content and happy from the simplest yet most memorable of things here and I know this is a trait I have picked up from my new friends here in Santa Marta. The community has welcomed us with open arms, cared for us and allowed us to be a true part of Santa Marta. I will always be fond of my home here and look forward to laughing my way through the next five weeks with my extended Progressio family enjoying this view in my spare time.
Written by ICS volunteer Erin Whyte
¿Cómo se dice ‘home’ en Español?
Hace cinco semanas cuando llegue a El Salvador nunca me imaginé que sentiría una conexión tan fuerte a un lugar como me siento ahora. He tenido mucha suerte en tener la oportunidad a viajar a muchos lugares hermosos en el mundo y he estado muy privilegiada en conocer la gente que he conocido en mis viajes. Pero algo aquí es diferente y se estira en más de lo que ves en las tarjetas postales.
Las semanas pasadas aquí en la comunidad el tiempo ha volada en cadenas de rocas, mezclas de cemento, bio-blockingo e infortunadamente ¡un pico de mosquito demasiado! También hemos tenido bastantes malentendiéndose de lenguaje, pero por lo menos todos y todas están intentando. Desde descubrir nuestro proyecto para nuestro tiempo aquí en Santa Marta, el grupo ha estado trabajando muy duro para quedar a tiempo y disfrutar los días largos en el sol. La base del proyecto de Progressio aquí en Santa Marta era proporcionar un espacio para una escuela de bio-construcción para niños utilizando la vieja oficina de ADES aquí en la comunidad. El equipo fue preguntado a construir un muro y un grupo de bancos, transformando el espacio a un lugar adecuado para el aprendizaje y la creatividad. Trabajando a lado de nuestro arquitecto Nagore hemos manejado a terminar la fundación del muro y hemos empezado la primera capa de cob en el muro. En término de la construcción fiscal el trabajo es muy avanzado y la comunidad están recibiendo las actividades complementarias con mucho gusto. Creo que estoy viendo bio-blockes en mis sueños.
Aunque sea increíble descubrir que tienes un talento escondido con una martilla (no tanto con el pico) para mi hay mucho más en este proyecto. Previo de venir mi español no alcanzaba mucho más de ´´lo siento, no comprendo” no puedo negar esto me ha servido muy útil, pero el otro día maneje entregar una pequeña presentación en español (despacio) mientras un voluntario nacional hablo en inglés. Tener la habilidad de apoyar uno al otro a conseguir un nivel de confianza en sí misma en algo tan extranjera es lo que yo siento es el proyecto.
No recuerdo en particularmente la última vez que oí el sonido de un grifo encendido o el sonido de tirar de la cadena en el servicio pero no lo tendría de otra manera. No sé si hubiera dicho eso cuando primeramente llegue pero después de perfeccionar mis duchas a dos guacals de agua y dando la cara al miedo de ir al baño sin tener una red de mosquitos cubriéndome, ahora no echo de menos a los lujurias de casa. Me he ajustado completamente a la manera de vida aquí y no puedo pensar en otra manera de lavarme después de un día de trabajo duro diferente que echarme un guacal de agua fría, recordando a no escapear los pececitos y compartir mi espacio con arañas el tamaño de un chucho pequeño. También casi me he acostumbrado a el sonido de una multitud de gallos, peros y la música electrónica todo antes de 5.30 de la mañana.
Parece imposible que un lugar te puede dar tanto en un espacio de tiempo tan pequeño. De alguna manera me encuentro sintiendo contenta y feliz con las cosas más simples pero son sin duda lo más memorables y yo sé que esto es algo que he adoptado de mis nuevos amigos en Santa Marta. La comunidad nos ha dado un bienvenido con los brazos abiertos, cuidándonos y nos han dejado ver la verdadera Santa Marta. Siempre voy a estar encariñada de mi casa aquí y estoy emocionada a reírme por las cinco semanas que quedan con mi familia extendida de Progressio y disfrutando este vista en mi tiempo libre.
Escrito por la voluntaria de ICS Erin Whyte y traduzido por Isobel Martin