Nuestra Experiencia
Nuestra aventura empieza con la estadía en Santa Lucia, lugar en el que damos inicio al proceso de conocimiento del Proyecto 'LENCAS EN ACCIÓN', que tiene como objetivo empoderar a las mujeres Lencas de la comunidad de La Esperanza, Intibucá, para fortalecer sus habilidades de emprendedurismo y además apoyar en la capacitación de jóvenes para que desarrollen habilidades mediante procesos formación que servirán para sus vidas y el trabajo.
Durante esta semana conocimos a nuestras familias anfitrionas que en el transcurso de ese tiempo nos estarían hospedando. El recibimiento y los actos de amabilidad con la que se caracterizan las personas de este bello lugar hicieron que nuestra estadía fuera grata e inolvidable.
En esta semana se compartió con los voluntarios hondureños de nuestro organización contraparte Libre Expresión procedentes de las ciudades de Tegucigalpa y de La Esperanza y los voluntarios británicos de Progressio; aprendiendo los unos de los otros de la cultura, idioma, comida y costumbres, como también estrechando lazos de amistad a través de juegos, risas, bailes y pequeños paseos por el acogedor pueblo de Santa Lucia.
Es entonces que el domingo tomamos nuestras maletas (unas más grandes que las otras) y nos subimos al bus que nos trasladaría a la Esperanza, era tan divertido vernos junto con las demás voluntarias citadinas con esas grandísimas maletas, era como si traíamos un arsenal de cosas para vivir dos años.
Llegamos a La Esperanza, lugar el cual será nuestro hogar por dos meses. Nos hospedamos en las instalaciones del Centro Indigenista de Capacitación Artesanal Intibucano (CICAI), centro en el cual las mujeres y jóvenes reciben talleres en diversos temas con el fin de motivarlos y potenciar sus capacidades.
En nuestra primera semana viviendo en La Esperanza, el trabajo se ha enfocado en la planificación de las actividades, así como también en el conocimiento de la cotidianeidad de la vida rural.
Semana que ha sido de adaptación tanto para los voluntarios nacionales y británicos, la cultura; el cambio de horario; cambio de clima, donde por el día hay un sol inclemente y al ocultarse la frescura se siente muy baja; la comida ha sido uno de los mayores cambios que han afectado a los voluntarios y sobre todo a los chicos británicos, muchos de ellos se han enfermado; estas han sido situaciones que nos desafían día a día que nos enseñan a crecer y a conocernos como jóvenes que somos capaces de adaptarnos a las circunstancias de la vida.
Contemplar el cielo teñido de un azul celeste, los acogedores atardeceres, la hermosura y grandeza de sus campos, la presencia de unos visitantes caninos pidiendo por comida y por gestos de amor; disfrutar de su deliciosa comida; compartiendo largas e interesantes pláticas con las nuevas amistades que se van forjando en compañía de una agradable taza de café de palo, hacen que esta experiencia sea ¡genial!
Es increíble estar en este lugar, donde dos culturas totalmente distintas se juntan para trabajar y alcanzar un solo objetivo. El idioma no ha sido una barrera y no la será para unir fuerzas y realizar acciones que van a cambiar el mundo de alguien. Estamos ansiosas y ansiosos de saber que nos espera esta segunda semana.
¡Es pues la risa y el amor el lenguaje universal de cualquier cultura!
Escrito por la voluntaria de ICS Jenny Zelaya