Llegar a la comunidad de La Sabanita en un segundo ciclo es encontrarte con una gran familia que dejaste por un tiempo, llegas y la gente te saluda, te sonríe, te dice adiós, te abre sus puertas en palabras cortas, te quiere.

A dos semanas de estar trabajando nuevamente en la comunidad, la población reconoce al grupo cuando llega o cuando se va. La solidaridad no se hace esperar cuando cae la lluvia te regalan una humeante taza de café y si el calor es intenso, te das una pasadita por la casa de doña Camila quien sin duda alguna te regará un rico helado de cacao con leche. Doña Camila una de las mujeres de familia beneficiada ya tiene sus plantas de tomate trasplantadas, sus chiltomas floreciendo y espera pronto recoger los frutos.

Para este nuevo grupo la experiencia es gratificante pues ya los caminos de hermandad con la comunidad están hechos. Visitar a las familias beneficiadas para evaluar el ciclo anterior es disfrutar de nuevas noticias como el hecho de que doña Martha ya es mama por tercera vez. Una bella niña llora por las mañanas mientras el agua recorre sus pequeñas mejillas en un baño de agua cocinada con hojas aromáticas tibia aun para que no le dé gripe o se resfrié.

Contando un poco de la calidad humana y lo que ha pasado, doña Isabel volvió a practicar sus conocimientos de agricultura en su huerto de patio, que les puedo decir, hay buenas noticias en este nuevo ciclo. Doña Odett a quien no beneficiamos el ciclo pasado pero si este, nos cuenta entre sonrisas, "Yo pensé que ya no regresaban, me quedé con las ganas de cosechar, le comenté a mi marido, cuando los vi llegar me alegré mucho, no importa que tenga que acarrear agua para poder regar mis semillas lo haré con gusto, pues eso será parte de la comida de mis hijos", entre una sonrisa  contagiosa, mientras carga a su pequeña hija de seis meses que extiende los brazos para ser cargada por una de las voluntarias británicas. 

La parte vivencial de este proyecto es altamente gratificante y regala mucha felicidad, además de la familiaridad que se ha despertado en la comunidad que nos invita hasta compartir sus comidas tradicionales después de un rezo de medio día. Estar lejos de tu casa y sentirte tan en familia es maravilloso.

Speaking with the beneficiary families in la Sabanita

Y les cuento no es que este sentimiento de familia se da solo en la comunidad sino también con el grupo de voluntarias y voluntarios, compartir un aguacate, un fresco, un poco de alimento que aliñamos por la mañana se ha hecho costumbre, los juegos de integración son un éxito y mientras hay tiempo libre se aprovecha para platicar y aprender. 

El éxito de este proyecto depende del amor y entusiasmo que a este se le dedique por ende estamos con la seguridad de que todo estará de maravillas ya que amor, entusiasmo y trabajo duro no falta en el grupo 1, que día a día va con la firme convicción de trabajar por la comunidad y enseñarles una manera distinta y buena de como producir y vivir mejor. 

Escrito por la líder del grupo nacional de ICS Patricia Zuniga (Grupo 1)

Progressio’s big family

Coming back to the La Sabanita community for the second ICS cycle, has been like being reunited with a big family that you have left for a short while, you see them again in the street and people great you, they smile and warmly open the door to you.

Two weeks into working within the community, the locals are able to recognise when the group arrives and leaves. The solidarity is evident. When the rain started to fall, the locals came to the rescue with a hot cup of coffee, a warmth that is matched with a walk by Doña Camilla’ s house, who will often hand out a rich cup of hot chocolate. Doña Camilla was one of those to benefit from a vegetable patch from the previous cycle, and has already been able to replant her tomato plants. Her chiltoma plants are flourishing and is now awaiting the chance to collect the first fruits.

Even for those new to the experience, the sense of community and brotherhood is evident. Having the chance to visit the beneficiary families from Cycle 11 and assess their work has been a great chance to meet the local people and catch up on their progress, sharing exciting news such as the arrival of Doña Martha's third child.

There have been some great moments that have shown the extent of human quality and the gratitude that has been shown towards the team. Doña Isabel has been able to share with the team some of her agricultural knowledge to help develop the understanding of the volunteers of this cycle. We have also been able to support Doña Odett during this cycle who wasn’t able to benefit last time round. 

Between contagious smiles on our encounter with her, she proclaimed while passing her six-month daughter over to one of the UK volunteers, "I thought you were never going to come back, I remained hopeful, and when you arrived today I was so glad. I don't mind having to carry the water, to water these seeds, I will do so gladly because these will become the food for my children."

The experiential part of this project is highly rewarding and gives me a lot of happiness, and it is so nice to feel a part of this community. We have been invited to share a traditional meal after midday prayers, and we have started to feel at home in this community even when we are away from our own homes.

The sense of community has not only been achieved between the locals and the volunteers, but in and amongst the volunteer team itself. Whether it be the sharing of fresh avocados, sharing food at lunch or the customary integration games, it has helped the team to become closer and use this opportunity to talk and learn from each other.

The success of this project depends on the love and enthusiasm shown by all those involved, and on this note we are confident that this feeling of love is being shown. The whole team has been working hard, with a firm conviction to support the community, through teaching them in a positive way to produce new things and live better.

Written by ICS Group Leader Patricia Zuniga (Group 1)

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