Irene, de nacionalidad española/holandesa, es cooperante en formación y comunicación con la Red COMAL en Honduras.
¿Cuál es su formación/ experiencia de trabajo?
Yo me gradué como Geógrafa Humana hace poco más de cuatro años ahora. Durante mis estudios tuve la oportunidad de realizar una investigación de campo en Kenia que fue para mi una experiencia increíble; trabajar en un contexto tan diferente y con gente de otras culturas era fascinante. Con el tiempo, me he alejado del área de investigación, tratando de realizar un trabajo más cercano a la gente rural, primero en Bolivia y ahora en Honduras, a través del apoyo a organizaciones locales para el desarrollo.
¿Qué te animó/ inspiró a postularte como Cooperante para Progressio?
Lo que más me atrae del modelo de trabajo como cooperante es el poder trabajar con la gente más necesitada de manera directa, y la cuestión de la interculturalidad. El poder ser parte de un proceso local e intercambiar experiencias, conocimientos y habilidades, para mí es muy enriquecedor y espero que así sea para las personas que me rodean. Creo que la interculturalidad te obliga a cuestionar tus conductas y conocimientos personales y enriquecer de esta manera formas de trabajo y de trato social.
¿Cuál es tu primer recuerdo al llegar al país de trabajo? ¿Qué te impacto más del país de tu convenio?
Me acuerdo muy bien de la primera vez que vine a Honduras, fue en el fin de semana de la Semana Santa 2010. Llegue a Tegucigalpa y la capital estaba completamente abandonada, fue una sensación muy particular. Quise conocer todo lo posible y absorber esa nueva cultura, que iba a ser la mía en los próximos dos años y me fue muy difícil encontrar algo que me hiciera sentir qué y cómo es Honduras. Desde entonces he podido conocer el país a más profundidad; un país extremamente complejo que está viviendo un estado excepcionalmente convulso, estando en un estado prolongado de transición luego del Golpe de Estado de junio 2009. También las medidas extremas de seguridad y un miedo inculcado en la vida social a causa de la violencia y la influencia cultural y política de los Estados Unidos, son factores que para mí fueron temas que me hicieron abrir los ojos sobre la realidad que se vive en esta parte del mundo y a nivel personal, temas poco fáciles de asumir.
¿Qué disfrutas/ te gusta más de tu rol?
Lo que más disfruto de mi rol es el contacto con los líderes de la Red COMAL en las regiones. Como parte del equipo de la Escuela de Economía Solidaria de la Red COMAL, llevamos a cabo un amplio programa de fortalecimiento organizativo y de formación en ocho departamentos del país. Esto me ha permitido conocer mucha gente inspiradora y entender la cultura hondureña y la realidad que se vive en el área rural del país.
¿Cuál ha sido el momento más emocionante hasta ahora?
Para mí fue muy emocionante la celebración del 15 aniversario de la Red COMAL. Yo tenía tres meses de estar en la Red COMAL cuando realizamos una gira de encuentros en todos los Departamentos donde trabajamos celebrando el aniversario con ferias comunitarias, debates sobre las prácticas de la economía solidaria en las comunidades y tardes culturales. Fueron momentos de mucha alegría y conocí las diferencias culturales y sociales entre las diferentes regiones de Honduras.
¿Y la lección más importante?
Mi experiencia en Honduras, me dio muchas lecciones enriquecedoras. Quizás una de las más importantes, es el haber aprendido sobre la fuerza del status quo. Hace falta mucha fuerza, creatividad y sobre todo perseverancia para hacer que las cosas cambien. Los cambios son muy lentos y comienzan de manera individual, en cada uno de nosotros. Debo decir que he tenido la suerte de verme rodeada de personas que tienen un espíritu de hacer que lo establecido cambie.
¿Desde que empezaste tu convenio, que es el cambio mayor que has visto?
El cambio mayor que he visto desde que inicié mi convenio sería el establecimiento de una nueva modalidad en los procesos formativos que en COMAL hemos llamado “encuentros”. A través de estos encuentros, pasamos a un modelo de formación en las regiones más autónoma, amplia y organizada por los mismos líderes de las comunidades. Ha sido una modalidad que exige de menos recursos en un tiempo cuando no se dispone de mucho y creo que esta nueva modalidad complementa muy bien los ya establecidos talleres técnicos de transferencia de conocimientos hacía los grupos afiliados.
¿Cuál es el reto más grande que se presenta en el sector/área temática en la que trabajas dentro del país donde estás trabajando?
Retos hay muchos, pero tal vez una de las más grandes para las organizaciones que apuestan por un desarrollo justo y equitativo, sería encontrar un lenguaje que verdaderamente responda a las necesidades de las comunidades atendidas. El diseño de proyectos tendría que acercarse más a las necesidades reales de las personas con y para las que trabajamos. Para esto es necesario establecer canales de comunicación eficientes que permiten transferir las aspiraciones legítimas de las personas y familias con las que trabajamos.
¿Si pudieras cambiar algo, que sería?
Abordar los problemas sobre los que trabajamos desde la perspectiva de cambiar cosas ha generado en muchas ocasiones problemas que obstaculizan alcanzar resultados tangibles. Mi deseo sería entonces que abordáramos las problemáticas que encontramos en nuestro trabajo desde una perspectiva de diálogo y entendimiento mutuo, realizando procesos constructivos y colectivos entre todos aquellos que están involucrados en la problemática.
¿Qué te impacta más sobre el modelo de Cooperante de Progressio?
La posibilidad de conocer realidades diferentes a la mía y tener la oportunidad de contribuir y formar parte de procesos locales para el desarrollo.
¿Qué consejo daría a alguien que está pensado en postularse como Cooperante?
Yo creo que empaparse de la realidad cultural y social del país en el que quieran trabajar es primordial. La interculturalidad debe ser vista como un diálogo horizontal entre dos percepciones diferentes y complementarias. Es un proceso que toma tiempo y cooperantes deben de tomarse este tiempo y la paciencia para poder tener éxito en su trabajo.
¿Dónde te imaginas que vas a estar cuando se termine tu convenio de Cooperante? ¿Y en qué manera este convenio de Progressio te ayudará?
Pienso en continuar en el área de cooperación y sin lugar a duda mi experiencia con Progressio me ha ayudado a fortalecer mis conocimientos profesionales pero también me ha abierto una nueva perspectiva y experiencia de cómo enfrentar la realidad de los países donde trabajamos.